Crónica 5º: Las llaves


Esta es mi quinta crónica, y se dice pronto. El tiempo se me pasa súper rápido, y ya llevo aquí tres semanas. Supongo que nunca dejaré de tener este sentimiento bucólico hacia el campo feo de Jaén, y que estas tierras tendrán que hacer un gran esfuerzo por conquistarme y germanizarme. 

No dispongo de tiempo, o no quiero dedicarlo al ordenador; sea como fuera, en este mini-resumen de mi vida en Alemania os relataré la aventura de las llaves

Las llaves. Ese instrumento mediante el cual puedes abrir y cerrar rincones. Ese instrumento que jamás perdí (hasta ayer); ese instrumento que si lo pierdes, tienes que pagar la parrafosa (me encanta esta palabra inventada) cantidad de 200 euros al dueño de la residencia. ¡200! Y no me extraña, puesto que hacer una copia vale 40 euros por llave (o las llaves son muy especiales, o el futuro está en la metalurgia).



Pues bien, ayer rompí el mito, perdí las llaves… y no una, sino cuatro.

Salí de clase, llegué a la residencia, me monté en el ascensor, y antes de que la puerta se cerrara, mi mano dejó soltar un llavero con las dos llaves de la bicicleta, y estas cayeron en el minúsculo espacio que existe entre el pasillo y la puerta, en esa rejilla inútil por la que respira el ascensor. Adiós llaves; adiós bici (pues la dejé atada). Esto supuso que al día siguiente tuviera que llevar la bici a cuestas para que un buen hombre, con su radial, me facilitara mi vida, y cortara la cadena.

Pero aquí no acaba todo. Mi mala suerte sólo comenzó. Por la noche, fui a una fiesta Erasmus en el quinto coño, y volví sobre las tres y media de la mañana, hora en la que todo el mundo menos los árabes de los Kebabs duerme. Cogimos un taxi, y llegamos a la residencia. Me monto en el ascensor nuevamente, y antes de que se cierre la puerta, abro la mano... y no hay llaves. Había perdido el otro llavero en la discoteca, el que contenía la llave del buzón y de mi residencia. Me quise morir. Quise bajar al inframundo y charlar con Hades, pero pensé que quizás si bajaba al inframundo encontraría las llaves de la bici que cayeron en el abismo del ascensor, y como ya había roto el candado, decidí no recordar malos momentos.

Me fui a casa de Pupe, española-extremeña-semi-andaluza que me acompaña desde el primer día en esta aventura. Ella me aconsejó que llamara a alguien, y entre todos los borrachos que supuse todavía quedaban en la discoteca, me acordé de María. Y me acordé de ella porque supuse que no estaría borracha, o al menos no tanto. Ella me salvó la vida. No las encontró por el suelo, pero después de hablar con una alemana de dos metros y medio-camarera, consiguió encontrar las llaves. Eso me hizo feliz, y dormí.

Así pues, al día siguiente, o sea hoy, fui con Saray a sacar una copia a las llaves. Y ocurrió esto (vean fotografía):



¿A esto le llaman buena suerte o fario? Jamás comprenderé por qué la mujer de la tienda hizo esto con las llaves, pues cuando me dijo que podía copiarla pensé en que tendría una máquina para réplicas, y no en una simple e insulsa fotocopia. 

En fin, sin más, amigos míos, un abrazo.

3 comentarios:

  1. jajajajaja buena cronica! Va en serio que te hizo una fotocopia??? me muerooo!! jajajajajaja, esq me parece que esta "prohibido" hacer copia...yo tb he pensado que lo peor que me podria pasar es perderlas asiq ando siempre paranoica pensando que no las tengo... Por cierto, un consejo, las de la bici y todas las que tengas repetidas NUNCA las dejes juntas!! xD

    (por cierto, aclaracion....si que iba borracha jaja pero lo suficiente sobria para salvarte de una vida de mendicidad en la calle)

    Fdo: el ama de llaves

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  2. Eeeooo que me meo con tus cronicas David... Veo que estás bien, y me ha encantado lo de la calle contigo tocando y la gente bailando...

    Igual me animo y voy a verte jejejeje... Pero en plan casi sorpresa. Si lo hago será ya con el billete comprado.

    Besos guapeton

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  3. Espero, ESPERO, que le dijeras al tio de la residencia que se te habían caído las llaves al ascensor, para que bajara a cogerlas.

    A mi en mi colegio mayor se me calleron las llaves exactamente del mismo modo, y me lo abrieron y las cogieron y tan felices todos.

    Cuanta complicación.

    No nos cuentas nada de chicos or what? Queremos saber.

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