Crónica 11: De viaje por Amsterdam

Primero de todo, quiero excusarme por la tardanza en subir una nueva crónica en estos días. El viaje a Amsterdam fue de tres días íntegros. Acá abajo enlazo el vídeo que hice sobre el fin de semana, en el que explico un poco de manera visual qué es Amsterdam. Aún así, me gustaría que antes de que viérais el vídeo, echárais una ojeada a los cinco puntos claves que escribí debajo del vídeo para comprender este mejor, y para resumir la ciudad-capital cultural de Holanda en 5 impresiones:



1) El barrio rojo: Lo más llamativo de este barrio es que es el que tiene un mayor número de prostitutas de toda la ciudad. Cada prostituta goza de un local, el cual consta de una cama, unos botones de emergencia, y una cristalera que da a la calle, para que el público pueda elegir a la que más desee; después, cuando la prostituta ejerce su trabajo, unas cortinas también rojas son las encargadas de que desde el acerado no se vea nada. Esta impresión para mí fue muy negativa. Claro está que las prostitutas están mejor tratadas que en España, por ejemplo, pues dicho trabajo está súper acondicionado; sin embargo, me parece fatal su ibicación, justo en el primer barrio que ves nada más salir de la estación, en el más céntrico y visitado turísticamente de todos. ¿Hasta qué punto puede estar algo permitido?

2) Las drogas. Marihuana, hachís, setas alucinógenas (que aunque las prohibieron hará tres años, las siguen vendiendo con la excusa de que aún quedan existencias en stock). Hay Coffe Shops por todas partes (lugares donde únicamente está permitido el uso y disfrute de la droga, donde, a parte del porrito, también venden magdalenas, chupachups...) Ni que decir tiene que la ciudad entera huele a...hierba (como diría Marisol, hasta tu nombre me sabe a eso)

3) Sex-shops. Cientos de ellos inundan los barrios más céntricos. Una frase típica de un turista en Amsterdam bien podría ser: Mira qué casa tan bonita, qué canal, y qué pene de plástico tan suculento y enervado.

4) Barcos y canales: Cientso de ellos, esta vez sí, inundan la ciudad. Es imposible no perderse, siempre se piensa que uno ya ha estado en dicho lugar antes, cuando en realidad no se sabe si es así. Tanta importancia reciben las barcas, que nosotros, los erasmus que fuimos por un fin de semana, dormimos las dos noches y vivimos en uno de ellos, a modo de hostal. Precioso.


5) Barrio ocupa: Hasta hace unos días, y desde hacía 30 años, era posible la ocupación en Amsterdam. Cualquier casa que llevara un año son habitar, era disputada para poder ser ocupada, eso sí, pagando, no como en España (arriba los ibéricossinportugal). Ahora la política de un nuevo presidente de extrema derecha esta tambaleando lo que hace que Amsterdam florezca con tulipanes y con sonrisas al estilo Cheshire: el vicio.